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Papallacta, a 3.300 metros en los Andes ecuatorianos, es una parada popular para quienes viajan a través de la selva amazónica desde Quito. Conocida por sus aguas termales y truchas, la ciudad ofrece balnearios, restaurantes y senderos, brindando una experiencia única con su clima frío que contrasta con las aguas termales. Entre los volcanes Cayambe y Antisana, es un refugio preservado. Las aguas termales, que oscilan entre los 30°C y los 70°C, son reconocidas por sus beneficios para la salud, pero no son aconsejables para mujeres embarazadas o personas con problemas de piel a causa del azufre.
